En el aspecto nacional, la política interior española se estanca
y corre riesgo de alterar la convivencia civil.
La negatividad de la oposición de izquierda en el Parlamento,
dirigida por el Secretario General del PSOE y aspirante a la presidencia del
Gobierno es absoluta. Al presidente del Partido Popular y del Gobierno, Sr.
Rajoy, se le niega el pan y la sal. La infantil expresión <<no es no>> y la frase “Rajoy
tiene que marcharse” cierra toda capacidad de diálogo, que desacredita no solo
las encuestas sino también las últimas elecciones, dejando en evidencia la
oposición surrealista del joven y poco experimentado Pedro Sánchez, lo que a la
larga se va a traducir en su propia caída y la crisis del partido heredero de
aquellas elecciones de 1982, que dieron la mayoría absoluta a Felipe González
con dos centenas de diputados.
¿Quién puede olvidar el debate, face à face, entre Pedro
Sánchez y el presidente Rajoy cuando aquél le dice a éste que es una persona indecente,
a un presidente del Gobierno de España a los ojos de los ciudadanos y del mundo
entero?
Entre los emergentes de la “nueva política”, el grupo C’s de
Albert Rivera muestra realismo y sensatez política, mientras el grupo de
Podemos encabezado por Pablo Iglesias cree encontrarse a las puertas del sitio
de Troya o de un posible pacto de San Sebastián del s. XXI, acompañado de algún
Teniente General que había servido a las órdenes de Su Majestad Felipe VI.
Mientras tanto ha sido un año de gobierno de un ejecutivo que
podía llamarse provisional, con pérdida de tiempo para la acción política y de
tranquilidad ciudadana, en tanto que el Reino presidido por el joven Rey Felipe
se veía agobiado por problemas nacionales de alto calado, que amenaza la unidad
de España y la seguridad del país por las crisis económicas y sociales, y el
peligro exterior de la yihad islámica terrorista.
Y así hemos llegado a ver el fracaso que el anterior
Secretario del PSOE ha conducido a su propio partido, en el que cree que es
posible reconquistar. El Partido Socialista Obrero Español ha mostrado realismo
y el próximo congreso, a finales de primavera o principios de verano, será
decisivo para el histórico y gran partido constitucional, un pilar o una de las
columnas del Estado que surgió con el pacto de 1977 y la Carta Magna.
He de esperar que el “morbo gótico”, plaga que a veces ataca
a la conciencia española, no sea más que una referencia. Lo que ocurre en Europa
y el mundo debe hacernos reflexionar a los españoles que España tiene que
estar en su sitio y los españoles, responsables cada uno ante el futuro colectivo.
Mientras esto sucedía, observando el presente, nosotros sin
perder de vista el futuro volvíamos nuestra mirada al pasado: mi pasado más
próximo, el que va de la posguerra civil y la dictadura franquista al año 1972,
en que empieza a verse la apertura que llevará tras la muerte de Franco a la
Transición Española. Es decir, es una meditación, en voz alta, de un libro que
pongo en conocimiento de mis amigos blogueros, ya disponible en las librerías de Granada, cuyo título es: “Crónicas y
confidencias de mi ayer”, que ojalá sea el inicio de una trilogía que cerraría
un ciclo histórico y el propio ciclo de mi vida.