sábado, 25 de abril de 2015

TERREMOTO EN EL HIMALAYA: PARADOJA Y TRAGEDIA HUMANA DUPLICADA

Recibo de mi amigo Félix P. L. prolijo internauta, un mensaje con “impresionante documento” un vídeo sobre el Everest titulado “morir en el Everest”. Era el día 17 de abril de 2015. Releí los dos archivos pps., que me envió. Verdaderamente, esos documentos impresionantes y críticos justifican el dicho, extendido entre alpinistas, sobre  la mágica y maléfica cima de 8.848  metros del Everest, sobre el nivel del mar, entre Nepal y el Tibet. Me retrotrae al recuerdo de “aquel Everest” majestuoso, de nuestra juventud, escalado por el neo- zelandés Edmond Hillary, y el sherpa legendario, el nepalí Tensing.


El documento critica que se haya convertido en un frívolo “circo” las expediciones al Everest, dados la explotación turística comercial, la masificación, y el desafío empresarial  en batir récords. (El gobierno de Nepal, país de enorme pobreza, cobra 25.ooo dólares  por cabeza y cada equipo se organiza como puede).

A partir de 8.000 metros hay  que atravesar la llamada “zona de la muerte”; el riesgo del “mal de altura”, la  falta de oxígeno aparece a partir de los 2. 400 m. En “la zona muerta”, una vez iniciados los síntomas,  el alpinista tiene uno o dos minutos de plenas facultades para salir de la situación. Si no te puedes levantar, no es posible que te arrastren; ni los helicópteros  pueden ascender a tanta altitud. Peligro inmediato: mal de altura, congelación, grietas, peligro en el descenso… Han muerto más de 200 escaladores, 150 nunca se han encontrado. Los accesos  a la cima están plagados de cadáveres congelados, algunos hacen de punto de referencia.


Pues bien, he aquí que semana después, como enfado de oráculo desatado estalla un terrible e impredecible terremoto que destroza la capital nepalí de Katmandú,  dejando, hasta la fecha de hoy, cerca de 8.000 muertos y decenas de millares de heridos,  destrozando las viviendas,  los templos y demás riquezas históricas de la región.

Katmandú "ayer" y "hoy"

Muchos españoles han sido atrapados en la humilde ciudad y en el mismo Everest, con avalancha de nieve posterior. Una gran parte de turistas ha logrado retornar de forma rápida a España por la circunstancia feliz de encontrarse en la India, en misión diplomática, el ministro español de Asuntos Exteriores, Sr. Margallo, con el avión oficial en Nueva Dehli, coordinando el rápido regreso a la Patria. Quedan un cierto número de ellos sin localizar. España ha enviado contingentes especializados de alta montaña y de apoyo sanitario para lograr salvar posibles vidas o repatriar sus cadáveres. Unos familiares  míos,  semanas antes me enviaban fotos  de Nepal, noble y humilde país, de 28 millones de habitantes, sonriente y hoy doliente,  que necesita toda la solidaridad del mundo civilizado, en especial del mundo acomodado. Dicen que el  Everest ha crecido de altura por el movimiento sísmico, ojalá logremos occidentales y orientales  mitigar a los nepalíes de sus inconsolables amarguras.

lunes, 20 de abril de 2015

ITINERARIO EUROPEÍSTA DE FRANCO MARZIALE POR ESPAÑA

Cuando  el cronista  local granadino  oiga decir que ha muerto Franco Marziale, en este abril 2015, quizá  ignore incluso su nombre, porque  cuando él,  europeísta amigo,  iba recorriendo  España, el cronista Tico Medina se pateaba la América hispana. Quizá un historiador académico, visitante de hemerotecas, podrá encontrar rico testimonio  de su paso por Granada y Andalucía y sacar consecuencias de la fertilidad de su presencia.

Granada en Europa
Franco Marziale, fue  un “agente”  involuntario,  enamorado  de España  que  atrajo a muchos granadinos y andaluces a  la causa de España en Europa y la de ésta  en  España y  actuó  hábilmente, manteniendo su respeto  personal  a la situación real del país, yendo  sin  embargo a saludar cortésmente a aquel rijoso fiscal Sr. Leyva, gobernador civil granadino, con la dignidad de alto funcionario del Consejo de Europa. Piensen que ese organismo en su Parlamento europeo, ponía en solfa, a veces,  al régimen del tocayo caudillo español.

Era un  Italiano universal, casado con una francesa, e hispanista por convicción. Era un hombre jovial que le gustaba  ironizar con su nombre  si bien era  hombre franco  de verdad.  En cierto modo  era,  para sus buenos amigos, Franco “el grande”. Era un gran profesional  en  la nómina del Consejo de Europa, donde ejerció  la labor de  Director general de  la Seguridad  Social   y el  de Director del Centro  Internacional de  la Juventud,  del  citado  Consejo. Era un buen amigo de España y así lo demostró  durante medio  siglo  de contactos,  recibiendo  de  nuestro  Rey   como muestra de agradecimiento,  por cuanto hizo de bien por los  españoles en Estrasburgo,  la Encomienda de Caballero de Isabel la Católica. Era una gran persona  y  cercano a los ochenta años  ha muerto en esta primavera abrileña,  con la conciencia tranquila  del buen hacer,  el buen deber y el buen querer.

Si repasan las hemerotecas de la prensa granadina de los últimos cuarenta años, verán  sus trabajos y el señuelo  de amistades en los círculos  juveniles, intelectuales, académicos, sociales de Granada y Andalucía. Un testigo de excepción  de su trayectoria  fue el  Cónsul General  y posterior Embajador extraordinario de España en  Estrasburgo, José Luis Messía, marqués de Busianos. Ambos,  son recordados  en  monolito construido en  su honor  en  la   “Alameda de la Amistad”, de la urbanización San Javier del municipio de las Gabias,  a iniciativa de los lugareños y el Ayuntamiento gabirro  como  homenaje popular.

No podemos extendernos mucho,  pero  he aquí  un resumen de ese itinerario de Franco Marziale, especialmente por Granada:


En 1970 viene para saludar a la recién creada Escuela Universitaria de Formación del Profesorado (la anterior Escuela de Magisterio) con  ocasión de un seminario  cívico- cultural europeo. Era rector de la Universidad Federico Mayor Zaragoza. Un alumno  hizo la presentación, Pablo Luna, hoy, ilustre abogado  penalista  de Granada. Ahí empezó  a germinar, en el medio juvenil y universitario,   la  semilla europeísta que se desarrollaría  entre 1977 – 1980, posteriormente, con la creación del Aula  de Estudios Europeos,  en el  Instituto  del  ICE, “Padre Manjón”, de la Universidad de Granada.  Fue enviado, en nombre  del  Secretario  del  Consejo de Europa,  Kahn- Ackerman ,  del grupo  socialista, para  entregar  la medalla  de oro, “pro mérito”  del Consejo a dicho Instituto, por su intensa y extensiva labor, participando activamente  en ese colosal  seminario  estudiantil.



Ideal y Patria  dieron  constante  apoyo  y cobertura  a esa  experiencia  que  se extendió más  allá de los muros  del  Centro  educativo  del Estado,   cuyo Gobierno  consideró  al Aula (A .E·E)  Centro de interés  cultural  y social.

La ejemplar  actuación de Marziale  se recuerda  por la atención mostrada a los  emigrantes en general, con  especial afecto  a los hijos  de nuestros  españoles emigrantes,   en la etapa  de Marcelino Oreja, secretario General,   a la sazón, del Consejo de Europa.

En  su etapa  de Director General  de la Juventud , años 80, recibió y atendió  a “ una  embajada -  viaje de estudios  a Estrasburgo, de  ciudadanos de Santa Fe y de la Vega de Granada, de gran  repercusión local,  cuya anécdota  fue  llevar  Manuel  Isla sus piononos santaferinos al   conocimiento y sabor de  los  anfitriones  europeos.

En los años 90 se le ve por Andalucía, Sevilla, en trabajos de la CEPAL, Comisión Económica para la América latina y el Caribe.

Entrado el siglo XXI, con motivo  del  30 aniversario del Aula de Estudios Europeos,  del aniversario de la entrada de España en el Consejo de Europa y  del Centenario de la publicación de Soledades de Antonio Machado se organizaron una  ambiciosas jornadas culturales y europeas, con intelectuales y  ex - miembros del Aula,  con la presencia  nuevamente de Franco Marziale, una  de las cuales, año 2007, sería  tácitamente su despedida. Pero antes de que  su salud mermada por el parkinson se quebrantara, con más gravedad, dejó constancia de su amistad y agradecimiento “a toda Granada” ciudad, periferia y amigos por doquier.
Con miembros del Aula y García de Pablo
(Pte. de la Asociación de Consumidores de España)
 Veámoslo estos días póstumos de su muerte con  toda su  hombría de bien, de hombre también agradecido, en su  artículo, su última palabra,  en Ideal del 25 de agosto de 2006: “Granada y Andalucía en Europa y viceversa”- Ahí está resumido  por sus propias palabras el itinerario europeísta y humano  del  gran  amigo  nuestro y de Granada, Franco  Marziale, recordando a los amigos europeístas granadinos, “los más dinámicos de España”.

martes, 14 de abril de 2015

74 AÑOS DE LA II REPÚBLICA DE 1931

Nacido yo unos meses antes de la guerra civil española de 1936 ya se había producido cinco años antes, en 1931, la irrupción de la II República a través de unas discutidas  elecciones municipales.

 La monarquía borbónica con el rey Alfonso XIII, se derrumbó como una cáscara vacía ante el empuje electoral y  la alegría popular  del 14 de abril. A medida que iba teniendo uso de razón y de estudio supe que en el siglo XIX (1873- 1874) los españoles ¿todos?, - ciertamente no - , aceptaron una I República que duró un suspiro, acabando sin fineza y sin grandeza. Una cosa la dignificó: mantener los colores de la bandera tradicional como enseña nacional. De esa I República con dos presidentes catalanes se habla poco, porque poco ha dado de sí.

La II República creyó cambiar la suerte cambiando de color, so pretexto de hechos que nos llevan a nuestro Carlos V, sustituyendo en la bandera nacional una franja roja por otra morada. Parece que eso iba  a ser su simbolismo, con todas las moraduras del nuevo régimen. Se han escrito millares de  monografías, centenares de libros de españoles y extranjeros, sobre el advenimiento de esa República que algunos odian o defienden,  sin un estudio serio y objetivo. Para esto último no valen los demagogos, ni sofistas,  ni  ignorantes.


De mayor, soy uno de los españoles que me veía acosado por aquello de “a quién quiere más…”: ¿República o Monarquía? Según y cómo, pero costaba trabajo decidirse. Me dediqué a estudiar la historia de España, al menos la más contemporánea, dentro y fuera del país, e investigué textos y documentos. Mantengo, mi respeto a aquella “alegría primaveral” de 1931; mi crítica se dirige  a cinco años que arruinó la convivencia de los españoles (1931- 1936) ; mi censura, a los que pudiendo concitar la paz a través del diálogo no lo hicieron (1934- 36) ; mi esperanza, a que  hayamos aprendido desde 1975  hasta la fecha, sobre fallos que nos llevan otra vez  a  “pasarlas moradas”, cuando el buen  pueblo busca trabajo, paz y seguridad , con democracia y estabilidad. Quiero pan para hoy y sin hambre para mañana, entre otras cosas.