Recibo de mi amigo Félix P. L. prolijo internauta, un mensaje
con “impresionante documento” un vídeo sobre el Everest titulado “morir en el
Everest”. Era el día 17 de abril de 2015. Releí los dos archivos pps., que me envió.
Verdaderamente, esos documentos impresionantes y críticos justifican el dicho,
extendido entre alpinistas, sobre la
mágica y maléfica cima de 8.848 metros del
Everest, sobre el nivel del mar, entre
Nepal y el Tibet. Me retrotrae al recuerdo de “aquel Everest” majestuoso, de
nuestra juventud, escalado por el neo- zelandés Edmond Hillary, y el sherpa
legendario, el nepalí Tensing.
El documento critica que se haya convertido en un frívolo “circo”
las expediciones al Everest, dados la explotación turística comercial, la masificación,
y el desafío empresarial en batir récords.
(El gobierno de Nepal, país de enorme pobreza, cobra 25.ooo dólares por cabeza y cada equipo se organiza como
puede).
A partir de 8.000 metros hay
que atravesar la llamada “zona de la muerte”; el riesgo del “mal de
altura”, la falta de oxígeno aparece a
partir de los 2. 400 m. En “la zona muerta”, una vez iniciados los síntomas, el alpinista tiene uno o dos minutos de plenas
facultades para salir de la situación. Si no te puedes levantar, no es posible
que te arrastren; ni los helicópteros pueden ascender a tanta altitud. Peligro
inmediato: mal de altura, congelación, grietas, peligro en el descenso… Han
muerto más de 200 escaladores, 150 nunca se han encontrado. Los accesos a la cima están plagados de cadáveres
congelados, algunos hacen de punto de referencia.
Pues bien, he aquí que semana después, como enfado de oráculo
desatado estalla un terrible e impredecible terremoto que destroza la capital
nepalí de Katmandú, dejando, hasta la
fecha de hoy, cerca de 8.000 muertos y decenas de millares de heridos, destrozando las viviendas, los templos y demás riquezas históricas de la
región.
Katmandú "ayer" y "hoy" |
Muchos españoles han sido atrapados en la humilde ciudad y en
el mismo Everest, con avalancha de nieve posterior. Una gran parte de turistas ha
logrado retornar de forma rápida a España por la circunstancia feliz de
encontrarse en la India, en misión diplomática, el ministro español de Asuntos Exteriores,
Sr. Margallo, con el avión oficial en Nueva Dehli, coordinando el rápido
regreso a la Patria. Quedan un cierto número de ellos sin localizar. España ha
enviado contingentes especializados de alta montaña y de apoyo sanitario para
lograr salvar posibles vidas o repatriar sus cadáveres. Unos familiares míos,
semanas antes me enviaban fotos
de Nepal, noble y humilde país, de 28 millones de habitantes, sonriente
y hoy doliente, que necesita toda la
solidaridad del mundo civilizado, en especial del mundo acomodado. Dicen que
el Everest ha crecido de altura por el
movimiento sísmico, ojalá logremos occidentales y orientales mitigar a los nepalíes de sus inconsolables
amarguras.