En la entrada anterior del blog compartimos hechos simbólicos
de eslabones de una larga cadena de
acontecimientos históricos que forjaron la realidad de nuestro país, al
igual que ha sucedido a otros países del mundo. Algunos de esos eslabones han sido
comentados en “entradas” que se pueden leer en este blog, sin seguir orden cronológico. La actualidad nos invita a detenernos iniciado
este otoño en estas pasadas elecciones autonómicas catalanas del 27 de septiembre de 2015. Ya están
convocadas también las elecciones
generales del País para
el 20 de Diciembre, que sin duda serán trascendentales. Hemos comentado igualmente
las sucesivas elecciones de reciente pasado, andaluzas, europeas, autonómicas, donde quedan reflejados el surgimiento de
partidos emergentes de nuevo cuño, principalmente Podemos y Ciudadanos C´S, y el retroceso de los partidos nacionales PP y
PSOE que han perdido peso en el electorado por razones que se explican.
Una vez más, la
Generalitat catalana presidida por Artur
Mas quiere insistir “al mundo “que estas
elecciones del 27 de septiembre es como un plebiscito. Los partidarios de la
independencia obtuvieron más diputados conjuntados, pero menos votos ciudadanos,
con lo cual se ha demostrado que no era mayoría los independentistas,
defensores de un futuro Estado
republicano catalán.
¿Qué ha pasado? ¿Cómo se ha llegado a este disloque en este año 2015?
Así llevan un lustro y muchos años de
sibilina traición al conjunto de España.
Mientras gobernó su jefe, el antaño nacionalista de CIU y “honorable “ Jordi Pujol, hoy deshonrado por sí mismo y su
familia corrupta, el caldo caliente de
Convergencia y Unión no se salía del plato mientras soplaba y engullía, mientras
se iba gestando poco a poco la felonía. Los partidos constitucionales PP y PSOE
hacían como que no se enteraban,
necesitados de sus votos para
gobernar y además “pacían”, entregados a sus poltronas y trifulcas del poder. Todo parecía ir divinamente en el
Estado monárquico, constitucional, liberal
parlamentario, que en dos décadas se había sacudido del polvo de lo que quedaba del anterior
régimen “francamente perecido”.
El régimen de 1978 de la segunda restauración
borbónica, tras el franquismo, que había logrado un consenso nacional de paz y
concordia logrando cotas de gloria y de marca democrática de libertades con autonomías regionales y locales, con ayuda y recursos financieros de la Unión Europea
parecía el país de las delicias: Juegos olímpicos de Barcelona,
V Centenario del Descubrimiento, Expo de Sevilla, AVE, etc, la marca
España, incluido Campeona mundial de Fútbol.
El gozo en un pozo. Se descubre en el siglo XXI, que nada es lo que parece y después de treinta años, tras el boom, España
se convierte en un problema con una crisis nacional junto a otra de contexto
euro atlántico.
El gobierno del socialista Rodríguez Zapatero decepciona de tal forma a la opinión
pública que el electorado se vuelca con el PP de Rajoy dándole la mayoría absoluta en 2011. Rajoy recibió una mala herencia económica del
gobierno anterior pero también se descubre que tiene los pies de barro por la corrupción extendida en sus propias
filas. Rajoy parecía recordarnos al
Laocoonte, la escultura clásica, que
advirtió del peligro del caballo de Troya, regalo envenenado del que había que
deshacerse. Pero no le hicieron caso y terminó siendo atenazado por la
serpientes marinas enemigas, viendo el fin de sus hijos y el drama de su propia
destino.