En 1975, muerto el general Franco, se iniciaba en España el
post-franquismo, tras un régimen autoritario y
dictatorial de 40 años, fruto de la guerra civil de 1936
y hundimiento de la II República del Frente Popular. En
1977 se establecía el régimen democrático con la
Monarquía parlamentaria personificada por Juan
Carlos de Borbón, con una Constitución de consenso y una transición
política modélica. Era oficialmente ante el mundo entero
la paz civil reencontrada y votada por y para
todos los españoles. Resumimos esta etapa de 1975 a 1982, con los nombres de
Adolfo Suárez,(Centro) Santiago Carrillo (P.C.), Manuel Fraga,(Derecha) Felipe
(PSOE) y decenas de grandes políticos, incluidos nacionalistas vascos y
catalanes, en torno a los cuales con el Rey, “motor del cambio”,
hicieron posible esa fecunda y esperanzada etapa histórica para España.
Damos un salto en las páginas de esta
historia contemporánea para recordar, de forma retrospectiva, los
treinta últimos años donde vemos el resultado de
los gobiernos y políticas de los dos partidos mayoritarios
de la Corona, en el poder y en la oposición, PSOE y Partido Popular
(PP), votados por el electorado en recíproca
alternativa.
Acabamos de despedir hace un mes -diciembre 2013-
, otro año crítico, aún más crucial, que los
españoles venimos arrastrando tras la gran crisis del último lustro
sumada a la de un contexto mundial preocupante. Avanza el
recién estrenado año 2014 por la difícil cuesta de enero
desde la cual oteamos, con deseos de
esperanza, los graves problemas de orden
económico y financiero, social-laboral, político-moral que España,
el marco europeo-americano y el resto del mundo tienen por
delante. En el orden de la política internacional se suman los
efectos y consecuencias derivados para Occidente, desde la
conmoción que supuso los atentados planetarios de Al
Qaeda, la yihad islámica, en esta primera
década del siglo XXI, simbolizado esos
horrores en dos fechas trágicas, entre otras, 11de
septiembre de 2002 (Torres Gemelas, de Nueva York) y 14 de marzo de
2004 (Atocha-Madrid).
Con respecto a España, día siguiente de
esa masacre de atentado a los trenes de Madrid, el PSOE
-presidido por José Luis Rodríguez Zapatero- gana
las elecciones generales en un clima de
manifestaciones , de contenido e indignado dolor. El
jefe del Gobierno popular saliente, José
Mª Aznar, apoyaba a su sustituto, el vicepresidente Rajoy
que vio esfumada su expectativa de
victoria electoral , que le auguraban los sondeos.
El joven leonés, secretario general del
PSOE es el segundo presidente socialista en el
marco de la Monarquía parlamentaria y constitucional. Es el segundo
presidente socialista constitucional, pero carece de las
aptitudes y carisma de su antiguo jefe Felipe
González. Este político sevillano obtuvo mayorías absolutas, en
los años 80, gobernando con aciertos y errores, algunos gestados en
el seno de su propio Partido, con problemas de
corrupción, y otros escándalos. Supo mantener pese a todo la
cohesión del país; “el Estado le cabía en la cabeza” según la expresión elegante
que dijo un día de su adversario político Manuel
Fraga, jefe de la Derecha“.
“Felipe”, para los fieles contemporáneos, era
convencido europeísta, y tenía una cierta idea de España
que la hizo respetable, siguiendo la ejemplar inspiración
del Jefe del Estado, símbolo de la Corona. Mantuvo, por otra parte, buena entente con
los nacionalistas vascos y catalanes. Los problemas que le acuciaron, tras una
primera etapa positiva, le pasaron factura y el centro-derecha de
Aznar, desaparecido UCD y CDS, haciendo dura oposición
-¡“Váyase Sr. González”!- logró atraer a la opinión pública del
país, ganando las elecciones, a finales del siglo XX.
Volvía el Centro-derecha a gobernar después
de dos lustros en la oposición.
Mientras tanto, a lo largo de ese final de siglo XX, la
ciudadanía parecía creer que el sistema constitucional monárquico, prestigioso
en años anteriores y posteriores al golpe del 23 F 1981, del teniente coronel Tejero, parecía
asentado con apoyo de los llamados “nacionalistas moderados”
-catalán y vasco. .Pese a lo cual, seguía pesando gravemente el
tema terrorista, el tema territorial (18
autonomías, con el incluido “café para todos”) mal que bien
se iban desarrollando; las FF. Armadas se habían reorganizado con
obediencia al poder civil constitucional, en el marco
euro- atlántico; la economía, con el aporte financiero europeo
se vio bien oxigenada con esa ayuda , especie de Plan
Marshall, que ayudó a transformar las estructuras del
País convertido ahora en país receptor de emigrantes.
Tras Aznar, todo parecía ir a mejor, al menos
en lo económico. Pero, aquella foto con el
presidente Bush, Jr. en las islas Azores,
implicándose contra Irak, de Sadam Hussein, le
fue perjudicial : se ganó el reproche de los ciudadanos españoles, ciudadanía alentada
por la oposición, pues al final se comprobó que había
un Sadam, fantasmón e irresponsable, pero que no guardaba
“armas químicas de destrucción masiva”. Otro error personal fue adelantar,
con mucho tiempo y precipitación, el anuncio de no
presentarse a una tercera legislatura, cuando aún era relativamente
joven, dejando señalado su sucesor, evitando indeseables elecciones
primarias . Pero sobre todo, gestando o gestionando junto a
Rajoy y el PP -por fallos de servicios de inteligencia e
información del Gobierno- el nerviosismo y
dolor de la opinión pública por los atentados de Atocha. Sabido es que
el gobierno achacaba a ETA la autoría de la masacre hasta el mismo día de las
elecciones. También el papel que tuvo el
pequeño y ladino Vicepresidente Rubalcaba haciendo creer a los
electores través de la TVE que el gobierno y el candidato
Rajoy “mentían”.
Llegado al poder Rodríguez Zapatero, quedó esfumado sino declarado muerto,
todo recuerdo de la Transición de 1977, dispuesto a abrir otra
deseada transición que sería ya sin consenso. Su política
de apertura de “espacios de libertad”, su llamado
“buenismo”, no le dio excesivos réditos; por otra parte,
su escasa preparación política e intelectual le invalidó
como estadista y el fracaso de la política económica de
la que hace poco se exculpaba Solbes, ministro del ramo, con más de tres
millones de parados, propició su dimisión y la
humillante derrota electoral de su partido. El Partido
Popular obtiene una victoria aplastante con mayoría
absoluta; el gozo en un pozo: cualquiera diría que
Rajoy recibe un “caramelo envenenado” dado los muy graves
problemas a los que tendrá que afrentarse en
su acción de gobierno. De ello sería necesario hablar en otro
próximo momento, pues el año 2014 ofrece amagos
de brisa en cuanto a lo económico y marejada
con vientos del este, en cuanto a la política
nacional e internacional: vientos que vapulean las
páginas de nuestra Constitución de la concordia nacional.