“Desde
mi atalaya” a la que te acercas hoy, mi apreciado lector bloguista, he visto nacer, con sus dolores
de parto, el inmediato verano pasado. Ocurrían sucesos que conmocionaban nuestro vivir, como sucesos
acaecen en cualquier momento, antaño,
hoy y mañana. Es la confirmación del misterio
de la existencia, y presencia de nuestra raza en la tierra. La humanidad en su marcha, “leyenda de siglos”,
se ha preguntado por el qué, cuándo, cómo y por qué… Y nosotros caminamos como “cañas pensantes”, siguiendo al genial
Pascal, porque nuestra grandeza está en
el pensar. Conciencia de existir por algo y para algo. Aquí subyace el núcleo
sustancial de la educación y de la cultura.
Este
verano, pues, ha venido preñado de dolor,
y así se manifiesta “desde mi atalaya”, el blog de mi gozo y mi dolor. Noviembre ya prepara su marcha, dejando las
hojas mustias -“feuilles mortes” que cantó Yves Montand-
de los árboles, profanadas en el Paseo de los Tristes y en los senderos del Camposanto, terruño de los difuntos queridos,
donde están, en palabras de Paul Valéry, “sus frases
familiares, el arte personal, las almas singulares y donde la larva artesanal
anida en el lugar donde se formaban los lacrimales”. Momentos inconsolables: “un
solo ser te falta y todo está
despoblado”.
Adiós
a un noviembre crepuscular que recoge las muertes por imposición biológica; por razones de accidentes circunstanciales en
tierra o subsuelo, mar o aire; por
violencia cainita, en el marco de la intima proximidad o lejanía. Un
noviembre, donde también “abunda el hombre malo… de alma fea, esclavo de los
siete pecados capitales”, que decía Antonio Machado. Muertes bajo la
naturaleza, paradójicamente, bella y terrible, pacífica y destructora, dada a razonamientos
geofísicos, telúricos, dudosamente metafísicos...
Dejando
el noviembre de románticos incorregibles, nos preparamos a recibir diciembre,
con optimismo y esperanza, camino de un año nuevo, acompañando al olmo seco del genial poeta: “Mi corazón espera también,
hacia la luz y hacia la vida otro milagro de la primavera”.